Manuela
Manuela nació en el 2002. Fue criada a mano desde los 15 días de edad en Rainfer ya que su vida peligraba si permanecía junto a sus padres (Jenny y Rambo). Su madre fue rescatada por Rainfer de un mini-zoo pero no llegamos a tiempo de hacer lo mismo con su padre, ya que fue envenenado antes de poder hacerlo.
Con año y medio de edad, fue integrada con su hermana Lilí (también rescatada del mismo mini-zoo), con la que aprendió y se divirtió durante años hasta que lamentablemente esta última murió en 2012. Manuela ha sentido la ausencia de su hermana mayor y su pena la trata de compensar Toti, que se muestra más unido a ella que nunca. Es una hembra cariñosa y empática. Suele consolar a los compañeros que han tenido riñas con un gran abrazo. Sumamente curiosa y extremadamente inteligente, disfruta creando herramientas para alcanzar lo que desea y le encanta pintar. Es el único chimpancé del centro al que se le han enseñado varios signos de ASL (lenguaje de signos americano).
Apadrina a la joven Manuela y ayúdanos a que mantenga su alegre espíritu y a que tenga un desarrollo completo como una fuerte y vivaz chimpancé.
Toti
Llegó a Rainfer en 2006 procedente de un zoológico de Canarias donde no le querían. Debido a su carácter conciliador y noble, ayudó a que los chimpancés del grupo de Judy aprendieran a tener conductas sociales más acordes a las naturales. A pesar de eso, su carácter extremadamente pacífico le llevó a ser rechazado por el grupo, por lo que se le integró más tarde en el de Manuela, en el que actualmente vive tranquilo y feliz.
Desde que entró en su actual grupo, nos sorprendió su “enamoramiento” de Lilí, una de nuestras más jovencitas. Ese amor fue recíproco a pesar de que él siempre estuvo más pendiente de ella que ella de él. Desgraciadamente, Lilí falleció en 2012 debido a una enfermedad. Toti sufrió la pérdida enormemente y durante un tiempo se desligó del grupo en cierta medida, aunque el resto de los chimpancés le apoyaron en todo momento haciéndole compañía y espulgándole a menudo. Una demostración de cariño y de apoyo en esos momentos tan difíciles para él.
Actualmente su corazón solamente es de Manuela, siendo su «sombra» en todo momento y cuidándola al máximo. Han dormido pegados el uno al otro desde el principio y él tiene la costumbre de abrirle la manta con la que se arropan por la noche para que ella se tumbe a su lado y luego taparla.
Toti siempre ha sufrido problemas en las articulaciones que han ido empeorando con el paso de los años y le crea grandes dificultades a la hora de caminar. Al no tener información de sus condiciones en los anteriores años a su llegada a Rainfer, no sabemos si es debido a una alimentación muy precaria, heridas mal curadas, o algún problema congénito. Este grandullón necesita una medicación de por vida (Condroprotectores) para que sus articulaciones funcionen mejor y no pierda más movilidad.
¡Apadrina al bonachón de Toti!. Colabora en la financiación de su medicación y ayúdale a mantener su estabilidad física para poder seguir trepando y disfrutando de sus instalaciones con los demás chimpancés.
Yaki
Yaki se estima que nació en 1989. Estuvo viviendo en un circo, donde le explotaban y le infligían malos tratos hasta que terminó abandonado en una planta recicladora en Murcia, atado con una cadena al cuello. Allí fue donde le rescatamos.
Cuando llegó a Rainfer en el 2004, tenía falta de pelo y de coloración en su piel, además de sufrir un déficit alimenticio severo. También le faltaban la mayoría de los dientes (probablemente arrancados para evitar que mordiera). Gracias al esfuerzo y cariño diario del personal del Centro, a una buena y variada alimentación, y al espacio abierto que tiene a la luz del sol, Yaki ha recuperado todo el pelo, su piel se ha vuelto muy oscura, ha recuperado peso y ha ganado confianza en sí mismo.
Es un macho cariñoso, juguetón y muy pacífico. Nunca provoca trifulcas, ni le gusta verse inmerso en ellas. Le encanta pasar las horas en lo alto de las atalayas observando el paisaje y al personal como va y viene. Sin duda es un chimpancé con un gran corazón y lo demuestra con todos sus compañeros de grupo.
Apadrina al tierno Yaki y ayúdanos a seguir ofreciéndole todo lo que necesita para que continúe siendo un chimpancé feliz y juguetón.
Guille
Guillermo nació en 1994 en un zoo ya cerrado de la Orotava (Tenerife). La anterior dueña de Guillermo trabajaba en el servicio de limpieza del zoo y se llevó a Guillermo a su casa para criarle cuando el grupo le rechazó. Pasó sus primeros 12 años en una jaula de aproximadamente 2x2m sin espacio suficiente para desarrollarse y moverse bien, y sin acceso a que le pudieran limpiar sus desechos. Su jaula estaba cubierta por un plástico que no permitía que la luz entrara, y sólo se alimentaba de refrescos, golosinas, patatas y bollería industrial.
Guille llegó a Rainfer en Julio de 2007, sufriendo fotofobia, agorafobia, deformidades leves en sus miembros, alopecia, importantes carencias nutricionales, notables estereotipias y unos gruesos callos en las primeras falanges de los dedos de las manos a causa de haber pasado demasiado tiempo en esa postura sobre un suelo excesivamente duro. También había perdido la visión de su ojo izquierdo debido a una infección no curada en su infancia. A su llegada a Rainfer, Guille se fue adaptando a una correcta alimentación y bebida, aunque hubo que empezar diluyéndole refrescos de Cola con agua para que se fuera acostumbrando a beberla. Gracias al duro trabajo y esfuerzo por parte del personal de Rainfer, tras 2 largos años consiguió salir al exterior con el resto de sus compañeros (sufría pánico a espacios abiertos).
Es un chimpancé muy cariñoso y cercano cuando coge confianza pero muy ansioso e inseguro. Debido a que Guille ha sufrido una vida de absoluta soledad sin capacidad de relacionarse socialmente como necesitaba, es un chimpancé que no sabe reaccionar ante los acercamientos de otros individuos y sus acciones y gritos de miedo suelen ser malinterpretados por los demás chimpancés. Tras haber pasado por el grupo de Judy anteriormente y no haber sido aceptado correctamente, Guille vive ahora tranquilo en el grupo de Manuela donde poco a poco va creando vínculos aunque continua teniendo mucho trabajo por delante y siempre será un chimpancé muy especial.
Apadrina a Guille y colabora en sus cuidados para que podamos seguir ofreciéndole una segunda oportunidad de vivir como merece.
Yvan
Yvan es, junto a su hermano Maxi, uno de los últimos chimpancés en llegar al Centro, y los últimos chimpancés que quedaban trabajando en circos en España. Como su hermano, el vivió en unas condiciones lamentables durante casi 40 años. Toda una vida condenado a actuar y a realizar forzadamente conductas antinaturales día tras día.
Sin embargo, él ha tenido más suerte que su hermano Maxi, ya que no ha sufrido el raquitismo que sufría su hermano, aunque al llegar al Centro hubo que administrarle una dieta especial ya que había entrado en un proceso de catabolismo, o lo que es lo mismo, había empezado a consumir su reserva proteica para sobrevivir. La dentición también estaba muy degenerada.
Yvan, es uno de los chimpancés más alegres del Centro, y además se ha convertido en un compañero muy querido por todos, ya que siempre está de buen humor y preocupándose de que todos lo pasen bien jugando con él.
Apadrina al entrañable Yvan para que pueda vivir el resto de sus años de la mejor forma posible. Después de tantos años de explotación, no merece menos.
Maxi (en recuerdo)
Maxi era uno de los chimpancés más mayores que vivían en nuestro Centro. Trabajó toda su vida en el circo junto a su hermano Yvan, hasta que en 2009 los rescatamos. Vivían en un carromato sin que entrara la luz, y completamente hacinados malviviendo en un espacio muy pequeño.
Esa falta de cuidados hizo que Maxi sufriera un raquitismo severo que le deformó las extremidades y el abdomen, llegando a ser más pequeño que Manuela, una hembra en desarrollo y muchísimo más joven que él.
Estimamos que Maxi fue rescatado del circo con aproximádamente 38 años. Era un chimpancé con mucho carácter y un poco cascarrabias, pero en el fondo era un buenazo, preocupándose por todos los miembros del grupo y teniendo una especial relación con Yaki e Yvan. Puedes conocer más sobre cómo vivían en la sección de rescate y rehabilitación dentro de «Qué hacemos»
Maxi falleció en octubre de 2020 con unos 49 años, tras una semana en la que nos enfrentamos a una dura lucha por su vida, pero finalmente no conseguimos recuperarle del ictus que sufrió y tuvimos que despedirnos de él.
Dejó un enorme hueco en nuestros corazones y en los de sus compañeros, especialmente el de su hermano Yvan, pero nunca olvidaremos su alegría y sus ganas de vivir y disfrutar de cada momento. Sus últimos 11 años de vida valieron la pena, y ese es nuestro mayor consuelo.